6.7.10

En este caso, todo lo contrario

Llevo días masticando una sensación conocida pero no por eso indigerible: nos quedamos afuera otra vez. En el sur de España hace un calor insoportable e intransigente. Hace 4 años pasaba lo mismo aunque tal vez la cosa era mas grave porque también, ese día de los penales, de Riquelme afuera,de Messi en el banco, de Cruz de 9, un amigo partía, otra vez de esta ciudad donde según un tipo que conocí, se encuentra una de las puertas del infierno. Es cierto que este tipo era un visitador de baños habitual y casi todo lo relacionaba con puertas, rehenes y falopa. El tema es que, otra vez, me quedé con bronca, putee alemanes y maldije propios, pero con un leve matiz diferente: en el 2006 estaba contento con el equipo, con la forma de juego y con la irreprochable decisión de poner al 9 mas goleador de la liga italiana, dura, complicada y con centrales de altura como los alemanes, a los que Crespo no había podido vencer, y no a un chiquito de 18 años apenas conocido en el fútbol internacional y que recién asomaba a su amistad con Ronaldinho. Lo podría haber puesto, si, pero decidió poner 9 por 9 y nadie debió cuestionar nada. Esta vez, jugamos sin ideas. Ver a Burdisso cada vez que agarraba la pelota pidiendo que alguien se acercara a recibir habla tanto de Maradona como de los mediocampistas que jugaron. No me jodan con Maxi, tipo al que hace años se le apagó la chispa y que sigue viviendo del golazo a México. Nunca encontró el espacio para jugar, nunca lo buscó con valentía, nunca supo decir "Diego, no doy el nivel". Messi, el que ahora resulta que no la tocó, que no puso huevos y qué sé yo cuantas cosas mas, bajó muy a su pesar a buscar la pelota para empezar la jugada, tocar con nadies vestidos de futbolistas y buscar la medialuna contraria para definir. Messi hizo lo que pudo y hubiera hecho mas si no hubiera tenido al tonta obligación de jugar de lo que no juega. Faltaba Riquelme, un mundial consagratorio para el mejor futbolista argentino de los últimos 10 años, un tipo con una visión de juego que incluso hubiera hecho hacer jugar a Verón para adelante.
Me faltó marca, se quedó un tal Bolatti en el banco, un tal Pastore calentando todo el partido, un tal Cambiasso en Italia, un tal fútbol argentino en la nada. 4 centrales, uno muy joven y con muchísimo futuro marcado a fuego por una responsabilidad que no le correspondía, otro, Heinze, por una banda que nunca supo defender como lo hubiera hecho un lateral real, no solo marcando si no proyectándose y obligando a los alemanes a retroceder en su busca y no atacar siempre con mas de 5 tipos. Demichelis y sus problemas personales, Samuel y su buen momento en el banco. En fin, hasta Burdisso, un tipo de gran nivel, perdió las marca contra los alemanes, que juegan bien, pero que se les puede ganar haciéndolos retroceder, armándoles el juego en la puerta de su casa y no en la nuestra. Un equipo ordenado que atacaba y se replegaba como un biombo, con una notable entrega física y un orden táctico superior al que seguro que Paraguay le hacía partido. Pero nosotros morimos en un planteo infantil y arriesgado que no contempló el funcionamiento del rival y que se la jugó quijotescamente al pedo, por que atrás de once boludos corriendo, está la ilusión del fútbol, de la unión, del sentimiento inexplicable y al pedo, pero tan lindo, que te provoca ganar y salir campeó.
Por eso, en este caso, todo lo contrario: El gordo no tenía razón, y menos mal que fue otro Gordo.
Saludos

4 comentarios:

J.B.M. dijo...

Y para peor hoy uruguay, con uruguaya dignidad, se quedó entre el tercero o el cuarto puesto. Qué amargura de mundial.

Unverto dijo...

Un mundial donde prevaleció la guita a la valentía futbolística y la camiseta. Un mundial de laboratorio no de espontaneidad en la cancha. Se acabaron las genialidades, estamos en una era de jugadores en tubos de ensayo. Una pena lo de los uruguayos, la última esperanza...

Gerardo sanagoria dijo...

Siempre nos quedará racing

J.B.M. dijo...

El pulpo tenía razón, Unverto. Mañana te invito una tapita de pulpo a la gallega.