15.8.08

Por poner algo

Es el final de una película mexicana llamada "Efectos secundarios". Creo que es de 2002. Leí por ahí que al final del rodaje, el equipo técnico, algo compenetrado con el hilo de la historia, escribió este texto como final agregado al que dictaba el guión. No es destellante, es mas bien llano pero me resulto justo y efectivo.
La película está bien. Va de un grupo de ex alumnos de la secundaria que al día de hoy están llegando a los treinta y entran en el el vaiven de efectos y defectos de llegar al cruce de los años. Como nota personal, creo que al director, aunque no lo demuestra explícitamente, le gusta el cine gore. Es menester prestar atención a cierta violencia subcutánea que destila el filme. Felices treinta, viejo y, como dice Maná, "si no te hubieras ido serías de Racín".


No hay instrucciones para cumplir treinta. Pero si las hubiera, serían estas:

- Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tírala. Eres el que eres. Y después de todo, no es tan malo como te imaginas un domingo de resaca.

- Tira el equipaje de sobra. El viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante. Y además jode la espalda.

- No sigas modas. En diez años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso, de todas maneras.

- Besa a tantos como puedas. Deja que te rompan el corazón. Enamórate, Date en la madre, y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero. Quizás no. Pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quién te lo quita.

- Come frutas y verduras. Neta, vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida.

- Equivócate. Cambia. Intenta. Falla. Reinvéntate. Manda todo al carajo y empieza de nuevo cada vez que sea necesario. De veras, no pasa nada. Sobre todo si no haces nada.

- Prueba otros sabores de helado. Otras cervezas, otras pastas de dientes.

- Arranca el coche un día, y no pares hasta que se acabe la gasolina.

- Empieza un grupo de rock. Toma clases de baile. Aprende italiano. Invéntate otro nombre. Usa una bicicleta.

- Perdona. Olvida. Deja ir.

- Decide quién es imprescindible. Mientras más grande eres más difícil es hacer amigos de verdad, y más necesitas quien sepa quién eres realmente sin que tengas que explicárselo. Esos son los amigos. Cuídalos y mantenlos cerca.

- Aprende que no vas a aprender nada. Pero no hay examen final en esta escuela. Ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de ex alumnos, gracias a Dios. Felices treinta, viejo. Bienvenido al resto de tu vida.

1 comentario:

J.B.M. dijo...

gracias, troesma, espeábamos la vuelta con avidez. Acá la barra saluda entonando un gotán, que oportunamente se llama "por la vuelta". Y como parece un brondis, aprovechemos:
-salú